En nuestros tiempos, el Evangelio que se predica en las iglesias es muy light. La gente recibe lo que quiere oír. Todos quieren estar bien, tener estabilidad económica, tener éxito en el trabajo, no tener problemas en ninguna área de sus vidas. Qué bonita una vida así, ¿verdad? Hay pastores que ponen más énfasis en lo bonita que es la vida al lado de Dios, incluso hablan de prosperidad, que todo será de “bendición”, que si siembras, cosecharás más, etc. Etc.
Sin embargo, si hacemos una lectura seria de la Biblia, de las Escrituras, nos encontramos con algo muy diferente. Dios sí tiene promesas para nosotros, Dios sí quiere nuestro bien, Dios sí nos quiere bendecir. Pero eso no quiere decir que la vida cristiana esté libre de pruebas y aflicciones.
En la vida siempre encontrarás sufrimientos, preocupaciones, problemas, pérdidas, enfermedades… pero debes llevarlos como hijo de Dios, sin agobios inútiles, sin rebeldía o tristeza. Jesús enseña lo que debes hacer si sientes que el mundo se te viene encima, cuando la cruz es grande y sientes que no puedes más.
LA TEMPESTAD CALMADA
Marcos 4:35-41
Al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: «Crucemos al otro lado del lago». Así que dejaron a las multitudes y salieron con Jesús en la barca (aunque otras barcas los siguieron). Pronto se desató una tormenta feroz y olas violentas entraban en la barca, la cual empezó a llenarse de agua. Jesús estaba dormido en la parte posterior de la barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo despertaron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?», gritaron. Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma. Luego él les preguntó: «¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?». Los discípulos estaban completamente aterrados. «¿Quién es este hombre? —se preguntaban unos a otros—. ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!».
LOS PROBLEMAS Y EL MIEDO
Todos pasamos por situaciones difíciles en nuestra vida: debilidades personales, enfermedades, dolor, pérdida de un ser querido, dificultades en el trabajo o de dinero, problemas de los hijos o de los padres, calumnias, infamias, injusticias…y ¿ cuál es tu reacción?. Miedo, angustia, temor, excesiva preocupación.
Sabes ¿por qué?
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EL MIEDO VIENE POR LA AUTOSUFICIENCIA
Porque buscas apoyarte solamente en ti mismo, en lo que tú piensas, en lo que tú sientes, en lo que tú podrías hacer para resolver las cosas… te apoyas solamente en tus fuerzas humanas y casi siempre el problema es mucho más grande que tú.
Juan 15:5. »Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.
Dice: «Separados de mí nada podéis hacer». Absoluta y positivamente nada. Cómo, ¿no dice que si busco y me esfuerzo, si concentro todas mis energías en un solo punto, si concentro todas mis facultades en un propósito, ni aun así podría holgarlo? Si yo fuera extremadamente cuidadoso; si fuera intensamente entregado; si orara con toda sinceridad, ¿no podría entonces lograr algo, aun sin la influencia del Espíritu?
Puede ser que me cueste muchas dificultades; puede ser duro remar contra la corriente; pero, ¿no podría progresar por lo menos un poquito en la cosas de Dios, sólo con mi propio poder, sin ayuda, si me esforzara al máximo? «No» -el Señor Jesús dice que-: «no; separados de mí nada podéis hacer.» Puedes esforzarte como quieras, luchar como puedas; tus esfuerzos y tus luchas serían una fuerza mal aplicada; no te conducirían a progresar a tu meta: sólo te hundirían más profundamente en la ciénaga de la desesperación o de la presunción.
Ustedes no son capaces de hacer el menor acto de vida divina, excepto en la medida en que reciban la fuerza de Dios el Espíritu Santo.
Si en este día eres un vaso para honra, dorado y decorado; si ahora eres un vaso precioso, lleno del perfume más dulce, tú no te hiciste a ti mismo. Tú eres arcilla y Él es el alfarero.
Además, Te olvidas de algo muy importante: Dios está siempre contigo, Él todo lo puede en todo momento. Él es tu seguridad. En momentos difíciles, Dios nunca se olvida de ti.
Jeremías 17:7-8 »Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. 8 Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto .
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EL MIEDO VIENE POR LA INCERTIDUMBRE
El miedo viene por la incertidumbre, por no saber lo que nos depara el futuro. Y como humanos, siempre queremos tener la certeza de lo que pasará mañana. Por ejemplo, en Europa, debido a los cambios de clima, la gente quiere saber cuál es el clima para la mañana o la tarde, para así salir con la vestimenta adecuada. También queremos saber si los precios subirán o no, si la crisis pasará en un año o dos. Lo cierto es que no sabemos.
Si nos preguntaran, ¿cómo crees que saldremos de esta crisis? Ó ¿cuál será la situación el próximo año, será mejor? Nuestra respuesta sería: “NO SÉ”. Y muchas veces ese no sé es interpretado como debilidad e incompetencia en lugar de ser visto como honestidad. O ese NO SÉ puede ser interpretado como falta de fe.
Y en este punto me gustaría revisar la historia de los tres amigos del profeta Daniel, quienes, por haberse negado a postrarse ante los dioses del rey de Babilonia, serían lanzados vivos a un horno de fuego. Veamos su respuesta ante tal peligro. Leamos Daniel 3:17,18. “Si nos arrojan al horno ardiente, el Dios a quien servimos es capaz de salvarnos. Él nos rescatará de su poder, su Majestad; 18 pero aunque no lo hiciera, deseamos dejar en claro ante usted que jamás serviremos a sus dioses ni rendiremos culto a la estatua de oro que usted ha levantado”.
Más adelante vemos que Dios salva a estos tres amigos de manera sobrenatural, pero el punto es que ellos no habían oído de Dios la promesa de que les iba a salvar, al menos no específicamente de esta situación. Por eso dicen “aunque no lo hiciera no serviremos a sus dioses”. Como estos amigos, nosotros los cristianos hoy en día no tenemos algo “en la mano”, no tenemos ninguna certeza, cómo Dios obrará en casos puntuales. Pero al final, lo que podemos decir es: “No sé lo que Dios tiene preparado, pero yo confío en Él de todos modos”.
Obviamente Dios podría ser más específico, más claro en una situación específica. Pero si Dios nos diera todos los detalles de lo que pasará, entonces ya no tendríamos fe. “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Y si veríamos, ya no habría necesidad de tener fe. Dios quiere que confiemos en Él aun en medio de la incertidumbre. Es más, hace que las cosas sean inciertas para que tengamos más fe y no confiemos en nosotros mismos.
Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar (Proverbios 3:5,6).
Verdadera sabiduría
La Biblia dice que el principio de la sabiduría es el temor de Dios. Y no es que debemos tener miedo de Dios, sino que ese temor se refiere a reconocer a Dios como sabio, santo y poderoso. Y de esta manera, reconocemos también nuestras limitaciones.
El profesta Isaías lo pone de este modo en su libro en el Capítulo 55, versos 8 y 9:
«Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. 9 Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos.
Y cuando las cosas se pongan feas, Dios abre la posibilidad de pensar y obrar diferente a como nosotros obraríamos en cierta situación. Su meta no es arbitraria, sino que es una sabiduría más grande que la nuestra.
Lo difícil es cuando equiparamos sabiduría con conocimiento o seguridad. Entonces no hay lugar para un Dios que obra en lo inesperado. No hay lugar para un Dios que es más grande de lo que pensábamos. La bendición está en la incertidumbre, en no saber todo de Dios.
En fin, cuando nos referimos a la fe, pues no se trata de tener las respuestas correctas. Así que nuestra respuesta honesta en ciertas situaciones será: NO LO SÉ. Pero podemos completar nuestra respuesta al decir: “Pero confío en Aquel, quien tiene claro el panorama completo”. Tal incertidumbre hace que los humanos sigamos siendo humanos y Dios siga siendo Dios.
Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán. Pues yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. (Isaías 43:2,3a).
No amen el dinero; estén contentos con lo que tienen, pues Dios ha dicho: «Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré». (Hebreos 13:5)
SI DIOS ESTÁ EN TU ALMA, LO DEMÁS ES PASAJERO
– Nunca olvides que fuiste creado por Dios para llegar a Él, para vivir eternamente en el cielo con Él y que todo lo de esta vida (por importante que parezca) es transitorio, es decir, que pasa.
– Esta es la medicina para barrer con los miedos.
A LO ÚNICO QUE SÍ HAY QUE TENERLE MIEDO
– Lo único a lo que debes tener gran temor y miedo en la vida es a pecar y a perder la amistad de Dios, porque entonces sí habrás perdido lo más importante.
¿ POR QUÉ PERMITE DIOS QUE YO TENGA PROBLEMAS ?
– Cuando sientas que el mundo se te viene encima, que estás lleno de problemas piensa que:
A Dios lo que más le importa de ti, es que logres salvarte y a veces permite que vivas momentos difíciles o dolorosos porque sabe que esto te dará la oportunidad de estar más unido a Él, de ser mejor, más santo; en otras palabras que es bueno para tu camino de salvación. A veces el dolor purifica el alma, te hace que crezcas, seas mejor y sobre todo te da la oportunidad de ofrecerlo y de que ames más a Dios. En tus manos está el que aproveches esta oportunidad para ser más santo o para alejarte de Dios.
Compara lo anterior con esto: un padre ama tanto a su hijo enfermo que permite que el doctor le ponga una inyección, porque sabe que aunque en ese momento le duela, es por un bien mayor (curarlo y que esté sano). Tú, como el niño, aunque no entiendas, debes reflexionar que si tu Padre Dios permite ese dolor, es por un bien mayor.
¿ POR QUÉ CONFIAR EN DIOS ?
– ¨Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros y, sin embargo, el Padre del cielo, el Padre de ustedes las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves ?.
– Debes confiar en Dios porque sabes que Él es tu Padre y que te ama infinitamente, te ama mucho, mucho más de lo que tú te puedes imaginar. Si te ama, te escuchará, te ayudará y buscará tu bien.
– El hombre que reflexiona que es hijo amado de Dios, no pierde la tranquilidad, la paz y la alegría ni en los peores momentos.
Recuerda: en medio de la tormenta, en medio de las vicisitudes, ¿Quién tiene el control, quién hace que las aguas se calmen y que pase la tormenta? Dios y solo Dios.
SEPARADOS DE ÉL NADA PODEMOS HACER.
Nuestra confianza debe estar en Dios, aun en medio de la incertidumbre. Recuerda: nuestra respuesta honesta en ciertas situaciones será: NO LO SÉ. Pero podemos completar nuestra respuesta al decir: “Pero confío en Aquel, quien tiene claro el panorama completo”. Tal incertidumbre hace que los humanos sigamos siendo humanos y Dios siga siendo Dios.
NO DEPENDE DE CUÁNTA FE TENGA; SINO DE EN QUIÉN PONGO MI FE.