La fe – Prueben y vean que Dios es bueno

En Prédicas by José Luis GarcíaDéjanos un Comentario

Esta es la clase de vida que todo el libro de Hebreos apunta a producir: una vida que mira el alto precio del amor (confiscación de propiedades, tal vez, o algún otro tipo de abuso o calamidad) y luego acepta esa posibilidad con gozo y hace lo que el amor demanda, sin importar lo que pase.

Gente que arriesga sus bienes y su vida para llevar el amor de Dios a otros. Gente que sabe que hay una sola vida para vivir y que lo que cuenta al final es solo lo que se hace en el nombre de Cristo y por el bien eterno de otros.

Hebrews 11:1-3

Por qué Hebreos está aquí y qué tiene que ver con nuestras vidas?

Hebreos 10:34

También se compadecieron de los encarcelados, y cuando a ustedes les confiscaron sus bienes, lo aceptaron con alegría, conscientes de que tenían un patrimonio mejor y más permanente.

Las bases del amor que corre riesgos

El poder de seguir el rumbo del amor sacrificial es “estar conscientes de que tenemos un patrimonio mejor y más permanente”.

Romans 8:18, » De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. »

El poder para sacrificarse y amar con gozo

El capítulo 11 comienza con una definición de fe que se conecta con la esperanza y luego muestra cómo esta esperanza dio el poder para todo tipo de obediencia radical.

Leamos Hebreos 11:1-3

Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve.

Lo primero que se ve aquí es que el poder para sacrificarse y amar y aceptar con gozo la confiscación de bienes (Hebreos 10:34), eso es fe. La fe es la certeza de lo que se espera: “un patrimonio mejor y más permanente”.

De ahí que hay una conexión entre la gente de Heb. 10:34 y todos los personajes que menciona el capítulo 11, gente que ilusta que este tipo de fe, la certeza de lo que se espera- realmente marca una diferencia en la vida.

Certeza y Convicción

¿Cómo entedemos lo que es fe? Veamos las dos partes: “La fe es (1) la certeza de lo que se espera, (2) la convicción de lo que no se ve”.

Estas dos palabras son inusuales y muy difíciles de traducir al español. En la versión King James, dice: “La fe es la sustancia de lo que espera, la evidencia de lo que no se ve”. Estas palabras sustancia y evidencia son, de hecho, traducciones muy serias e importantes.

Pregúntese a usted mismo: Tengo fe? Como sé que tengo fe? Qué es la fe, de manera que sé que la tengo? Depende de si tengo fe o no? Estas preguntas son inmensamente prácticas y relevantes para nuestras vidas. “Convicción o evidencia”?

Comencemos con la segunda definición: “La fe es la convicción o (la evidencia) de lo que no se ve”. La palabra para convicción no es usada en ningún otro lugar en el Nuevo Testamento. Fuera del Nuevo Testamento, es nomal usar “prueba” o “argumento” o “evidencia” –algo objetivo- sobre el mundo antes que subjetivo sobre cómo nos sentimos cuando del mundo se trata.

La mayoría de traductores no usa la palabra Antigua, prueba o evidencia, porque no tiene sentido. Cómo pude la fe ser evidencia o prueba? Acaso la fe no necesita evidencia? Pero veamos la ilustración de esta definición en el versículo 3. El verso 3 está directamente relacionado con esta definición de fe como “la evidencia de lo que no se ve”. Dice: “Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve”.

Puede ver la conexión?  El verso 1 dice “La fee s la evidencia de lo que no se ve”, y el versículo 3 dice que la fe entiende que el mundo –lo que se ve- fue hecho de lo que no se ve, es decir, la palabra de Dios.

He aquí la pregunta: Cómo sabemos que Dios hizo el mundo de nada de lo que se puede ver? No solo no estuvimos ahí cuando eso pasó, sino que aun si hubiéramos estado ahí, no pudiéramos haber visto el acto de la creación, porque uno no puede ver la palabra de Dios. De modo que cómo podemos saber o “entender” que el mundo fue hecho por la palabra de Dios? Cómo podemos saber que “lo visible fue hecho de lo invisible”, es decir, la palabra de Dios?

El versículo 3 tiene la respuesta: “Por fe”. “Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios”. Si “la fe es la evidencia de las cosas que no se ven”, entonces tendría sentido decir: “Por la fe (por la evidencia) entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios”. Pero si tomamos la nueva versión: “la fe es la convicción de lo que no se ve” y decimos “Por convicción entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios”, entonces suena como que estamos razonando en círculo: Yo tengo la convicción de que Dios creó el mundo, entonces entiendo que Él creó el mundo. Y entiendo que él creó el mundo, entonces tengo la convicción de que él creó el mundo.

Cómo es que la fe es evidencia?

Así que la pregunta crucial es: Cómo es la fe la “evidencia” de las cosas que no se ven, es decir, que Dios creó el mundo por su palabra? Revisemos Romanos 1:20 “Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa”. La palabra “perciben” aquí en Romanos 1:20 tiene el mismo sentido que la palabra usada en Hebreos 11:3: “Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios”.

Así que en Romanos 1:20 dice: “entendemos los atributos invisibles de Dios por lo que Él ha hecho”. Y aquí en Hebreos 11:3 dice que entendemos la palabra invisible de Dios más allá de la creación por fe. Romanos 1:20 parece decir que la evidencia que Dios hizo el mundo es la misma creación, la cual apunta a un Creador. Hebreos 11:3 parece decir que la evidencia de que Dios hizo el mundo es fe. Ahora piense en esto por un momento.

La fe, al menos en parte, es ver con los ojos espirituales o percibir las huellas dactilares de Dios en su creación, en lo que Él ha hecho. Ahora, las huellas de Dios en las cosas que ha hecho –el orden, la belleza, la grandeza- son la evidencia de que Dios hizo el mundo. Asimismo, ver estas huellas es una clase de evidencia. Es solo la otra cara de la moneda. Si usted me pregunta: “Cómo sabe que en Imbabura hay una laguna Cuicocha”, yo le diría, “acabo de estar ahí hace unas semanas”. El hecho de que yo la vi es una evidencia de que está ahí.

Creo que es así como la fe evidencia de lo que no se ve. Todos vemos las mismas huellas, pero algunos las ven y otros no. Aquellos que las ven tienen la evidencia, el testimonio, en ellos mismo. Cómo puede ser posible?

Color y Caos o una vision más profunda?

He aquí una analogía a nivel físico. Hace pocos años una de las cosas de moda eran las imágenes escondidas en 3D. Hay piezas de arte que en cierto nivel son una cosa, pero en otro nivel son algo completamente diferente. A primera vista todo lo que uno ve es la presentación superficial. Pero si enfoca mejor sus ojos, uno puede ver la imagen real.

Algunas personas pueden ver estas pinturas y solo verán color y caos, pero otros casi inmediatamente logran ver la cabeza de Beethoven o un cordero. Si alguien pregunta: “Cómo sabes que ahí hay un cordero?”, la respuesta es: “Yo lo veo”. El hecho de que lo ve es la evidencia. Tal vez los demás no lo vean, pero eso no hará que usted cambie de parecer.

Ahora esto es lo que les pasa a algunos cuando ven la creación de Dios. Algunos ven color y caos. Otros tienen una visión más profunda y de repente las huellas de Dios aparecen. ¿Qué evidencia pueden ofrecer? Ellos lo ven. Es indudable como un cordero en una imagen 3D. Nadie puede convencerlo a usted de lo contrario.

Y puede que usted me diga: “Deberíamos llamar a eso fe?”Acaso Pablo no dijo: “Caminamos por fe y no por vista”? Cómo puede ser la fe “vista”? Lo que quiso decir Pablo es que Cristo no está presente físicamente en la tierra para ver con ojos físicos, pero está en el cielo. Él no quiso decir que no hay una percepción espiritual de la realidad de Dios. Hebreos 11:1 dice: “La fe es la convicción –o mejor, la evidencia- de lo que no se ve”. Nosotros entendemos por fe que Dios creó el mundo. En otras palabras, la fe no solo es un acto de respuesta del alma; también es un acto de entendimiento, de percepción. Es un acto espiritual que ve las huellas de Dios. Eso no significa que porque uno cree, eso se da. Eso sería pensamiento positivo, lo cual no es auténtica fe. La fe real está basada en la Verdad real. Esa fe ve profundamente al mundo que Dios hizo –mira a través de él, por decirlo así- y por la gracia de Dios, ve la gloria de Dios en Su creación (como lo dice el Salmo 19:1), como en una imagen 3D.

La Substancia de las Cosas que Esperamos

Ahora nos podemos enfocar en la otra parte de la definición de fe en el versículo 1: “Ahora la fe es la certeza –o la substancia- de lo que se espera”. Puede ser que esto signifique que la fe es una confianza profunda en que las promesas de Dios se harán realidad de modo que descansemos en ellas. Eso sería suficiente para liberarnos de los miedos, de la avaricia, de la mundanalidad que nos bloquea el fluir de un amor radical, sacrificial y que toma riesgos. Si tenemos una fuerte convicción de que Dios nos cuidará, nos llevará a la gloria y que cumplirá sus promesas por siempre, entonces seremos libres de la autocomplacencia y libres para servir a otros.

La palabra “certeza” aquí puede significar “naturaleza” o “substancia” o “realidad” o “esencia” en otros lugares, por ejemplo, en Hebreos 1:3 (“la representación exacta de la naturaleza de Dios”). Si ese es el significado aquí, entonces deberíamos pensar de esa manera.

¿Qué podría significar la “substancia” o “naturaleza” de lo que se espera? Pues podría significar que la fe se apodera de la bondad y la dulzura de lo que Dios promete tan claramente que esta bondad y dulzura están substancialmente presentes en la fe. En otras palabras, la fe captura –se hace de- el carácter precioso de Dios. La fe no crea lo que esperamos: eso sería un juego mental. La fe es capturar o percibir espiritualmente, o probar o sentir la belleza, dulzura, lo precioso, la bondad de lo que Dios promete, en especial su propia amistad y el gozar de su propia presencia.  Gozar de la fe en la promesa es un tipo de adelanto substancial de la realidad venidera.

Prueben y Vean

Esto es lo que pasa cuando la Palabra de Dios es predicada. La Palabra es partida como pan fresco y servida como agua fresca, de modo que el sentido del gusto espiritual se despierta. Como dice Hebreos 10:34, ustedes “sabían que en el futuro les esperaban cosas mejores, que durarán para siempre”.

En resumen, la fe es como probar o saborear lo que Dios ha prometido, de modo que sentimos una certeza profunda y substancial de lo que esperamos. Y la fe es un tipo avistamiento espiritual de las huellas invisibles de Dios en las cosas que Él ha hecho. Con la última, estamos conscientes del poder y la sabiduría de Dios para hacernos. Con la primera, estamos conscientes de su bondad y gracia para salvarnos.

Así que, como dicen el Salmo 34:8, “Prueben y vean que el Señor es bueno; ¡qué alegría para los que se refugian en él!”.
Mensaje original de John Piper, traducido y adaptado por José Luis García

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