Estamos en momentos cruciales y decisivos para nuestro país. Es el día en que decidiremos –a no ser que algunos ya lo han hecho- votar por un “cambio” para nuestro país. Los partidarios del Sí tienen sus propios argumentos para defender su tesis, y del parte del No también. La pregunta que surge entonces es: ¿En quién o en qué ponemos nuestra confianza en estos días? ¿En el dinero? ¿En su grupo social? ¿En nosotros mismos? ¿En la nueva Constitución?
Este tipo de cosas tiene su lugar adecuado, pero ¿deberían ser nuestra fuente o fuentes de confianza?
El problema es que creemos que un documento creado por hombres puede cambiar el destino del país. Hay muchas cosas positivas como negativas. Pero no quiero meterme en política porque no estoy llamado para eso. En lo que quiero reflexionar en este mañana es en que lo importa es quién está al control de la situación, quién gobierna las cosas de este mundo, lo que pasa, lo que pasará. ¿Acaso es un gobernante imperfecto el que tiene nuestro futuro en sus manos? Cual sea el resultado de hoy, está dentro de los planes de Dios y de acuerdo a su soberanía.
Mucha gente está dispuesta a reconocer que Dios manda las cosas buenas, pero no está dispuesta a admitir que Dios también manda la calamidad, “lo malo”. Pero el texto dice que todo fue creado por él y para él. Leer Romanos 11:33-36.
En este marco, el tema que nos compete hoy es la Soberanía de Dios. La soberanía se refiere al absoluto, total gobierno y control sobre todas las cosas, un gobierno que sólo Dios posee.
Definición de Soberanía
La palabra “soberanía” describe a una misma persona o cosa que está por encima o superior a todo, haciéndolo superior en rango, poder y autoridad.
En el Nuevo Testamento la palabra griega exousia se refiere a la autoridad, poder y jurisdicción con relación al gobierno de otros, así como el poder de hacer lo que uno desea y la habilidad y fuerza para cumplir los planes y propósitos. La idea de soberanía es encontrada en este y otros términos bíblicos, y eso penetra las Escrituras.
Características de la Soberanía de Dios
Primero, Dios ejerce una autoridad legítima. Él tiene el derecho de hacer con la creación lo que desea, porque es su creación. Él está activo también en su creación, en contra de la comprensión deísta que dice que Dios creó el universo y luego lo dejó funcionar de acuerdo con las leyes naturales, con poca o ninguna intervención de su parte.
Segundo, Dios tiene el poder para hacer lo que Él quiere con su universo. «Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tomado en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos» (Daniel 4:35).
Tercero, Dios tiene el conocimiento que se requiere para gobernar sobre todo. Él sabe lo que sucede y sabe exactamente lo que tiene que hacerse. Él conoce el pasado, el presente y el futuro perfectamente.
Cuarto, Dios tiene la voluntad para hacer lo que Él desea. Él hace lo que dice que hará (Isaías 46:9, 10; 55:11).
Dios dirige el orden de este mundo
Se admite generalmente que Dios reina en el cielo; pero se niega casi universalmente, que lo haga en este mundo. No debemos pues sorprendernos de que los hombres, en sus conceptos degradados, excluyan a Dios de la esfera de los asuntos humanos.
El Apóstol Pablo escribe en Romanos 11:36 Porque de él, y por él, y para él, son todas
las cosas. Dios el soberano es el Creador de todo, incluso él creo al diablo (Isaías 54:16) pero así mismo lo destruyó en la cruz (Hebreos 2:14)
Se cree también que Satanás tiene la culpa de gran parte del mal que existe en el mundo, eso es un absurdo. Con esto atribuyen al diablo lo que de hecho procede de ellos mismos
(Mar.7: 21-23)
¿Qué dice La Biblia? Si creemos en sus declaraciones claras y positivas, no hay lugar para la incertidumbre. Afirman una y otra vez que Dios se sienta en el trono del universo; que la Autoridad está en sus manos; que Él lo dirige todo “según el consejo de su voluntad» (Efesios 1:11)
Daniel 4:32 Él actúa según su voluntad.
Sal. 113:1-9 El Señor reina sobre todo, nadie es comparable a Él.
Salmo 22:29 El Señor es el Rey y reina sobre todas las naciones
1 Tim. 6:15 Decir que Dios es soberano, es declarar que El es el Único Potentado, el Rey de reyes y Señor de señores. Así es el Dios de la Biblia”
Nos lo presenta, no solo como el Hacedor de todo lo creado, sino también como el Gobernante y Rey de las obras de sus manos.
Si no reconocemos eso, sólo hay dos alternativas posibles: que Dios dirija o que sea dirigido; que domine o que sea dominado; que haga su propia voluntad o que sus criaturas se lo impidan.
Si admitimos el hecho de que Él es el “Altísimo”, el solo Poderoso y Rey de reyes, revestido de su perfecta sabiduría y poder ilimitado la conclusión de que ha de ser Dios de hecho, tanto como de nombre, es ineludible, o sea Dios hace todo
Eclesiastés 7:14 “En el día del bien goza del bien y él el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro”
Así mismo el gran Apóstol a los Gentiles Pablo en su carta a los Romanos en él capitulo 9 versículos del 20 al 23 claramente enfoca la soberanía del Creador en la Salvación. Por eso, aunque el mundo esté sobrecogido por el terror, la palabra para el creyente es “no temas». “Todas las cosas” están sujetas a Su control directo; todas las cosas “ayudan a bien a los que aman a Dios, a los que son llamados conforme a su propósito» Romanos 8:28.
Es preciso que sea así, pues “Porque de Él, y por medio de Él y para Él son todas las cosas” (Romanos 11:36)
El poder de Dios se extiende sobre las aves de los cielos y aún sobre los cabellos que caen de nuestras cabezas. Jesús dijo, “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a la tierra sin vuestro Padre, pues aún vuestros cabellos están todos contados” (Mat. 10:29-30).
Además, fue la Soberanía de Dios la cual fue evidente en la crucifixión de Jesucristo. Parecía como si Satanás estaba por obtener la victoria. Pero, eso es exactamente lo que no sucedió. Dios tenía todas las cosas bajo control en la cruz. Lo que pasó, pasó en armonía con Su gran propósito.
El Dios Soberano ha revelado Su absoluto control sobre todas las cosas al salvar a gente del pecado y llevarlos a ellos al cielo con todas sus glorias.
¿Es importante que el fiel Cristiano mantenga esta presentación Escritural de la Soberanía de Dios? ¡Definitivamente! La razón misma para que todo el universo exista es que el Nombre de Dios pueda ser grandemente exaltado. Todo lo que ha sucedido, y todo lo que está por ocurrir debe servir al propósito de glorificar a Dios. Nadie ni nada podrá intentar quitarlo fuera de la Soberanía de nuestro Dios.
Autoridad Humana Derivada
La soberanía de Dios radica que toda autoridad humana es derivada. Los hombres sólo pueden tener una medida de autoridad para gobernar sobre otros, si primeramente Dios se lo entrega. ¡No hay exousia (autoridad, poder) fuera de Dios! La delegación de autoridad a los hombres no implica la entrega del mínimo elemento de la soberanía divina. La delegación de la autoridad es para que el hombre sirva como ministro de la autoridad de Dios, para su Gloria y su Reino.
Así que los que gobiernan sobre el hombre en alguna área (familia, iglesia o estado) están bajo la ley de Dios y responsables ante Él en el uso de su autoridad. Otros hombres no están atados a obedecer órdenes ilegítimas, (órdenes que Dios prohíbe o prohíbe lo que Dios ordena) de los subalternos de Dios, puesto que son culpables de desobedecer al supremo Soberano.
CONCLUSIÓN
Sin embargo conviene decir muy enfáticamente que el corazón solo puede hallar consuelo y gozo en la bendita verdad de la soberanía absoluta de Dios en tanto que se ejercite la fe. La fe se ocupa continuamente de Dios, Ese es su carácter.
Si atribuimos lo que ocurre a cualquier otra causa que no sea Dios mismo, no habrá reposo para el espíritu, veamos lo que dice Lamentaciones 3:37 “¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mando?
El Evangelio nos dice que los juicios de Dios son “incomprensibles”, y sus caminos “inescrutables” (Romanos 11: 33) Así debe ser si la fe ha de ser probada, si la confianza en Su sabiduría y justicia ha de ser fortalecida, y la sumisión a Su santa voluntad ha de ser sostenida.
“Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos, son mis caminos, dice el Señor ( Isaías 55:8) Como son mas altos los cielos que la tierra, así mis caminos son mas altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos” (Isaias 55: 8,9)
Dios nos da una exhortación: “Examinadlo todo, retened lo bueno” (1Tesalonicenses 5:21
¡Qué maravillosa verdad es la confesión de la Soberanía de Dios! Mi Dios es Aquel que escucha y puede contestar a mi oración. Mi Dios dirige todas las cosas para mi bien (Rom. 8:28). Porque mi Dios es absolutamente soberano, no hay casualidades verdaderas las cuales me puedan sobrevenir.
La doctrina de la soberanía de Dios revela la gloria, poder y dominio de Dios y es la razón por la que todas sus criaturas se arrodillan ente Él en humilde adoración y caminan delante de Él en completa sumisión. R.J. Rushdoony explica hermosamente la implicación práctica de la Soberanía de Dios:
¿Qué es lo que significa entonces creer como cristiano
En la soberanía, gobierno y providencia? Significa que
Mi vida y existencia están bajo la soberanía y
Gobierno de la Sabia y Santísima Trinidad,
Su orden, preservación y gobierno de todas las cosas
Es para Su propio propósito y Gloria, y mi única
Felicidad y propósito está de acuerdo a esa soberanía,
Gobierno providencial y reposa en su suficiencia.
Significa que en cada área de la vida,
Debo de reconocer y establecer el gobierno,
Ley, y autoridad únicamente en términos de
Su palabra y en fidelidad a Su reinado.
Significa que, en cada área de la vida y pensamiento,
Debo afirmar los derechos de la corona de Cristo el Rey y
Entregar todas las cosas bajo Su Sujeción.